6 de Septiembre 1942 – 26 de Julio de 2016.
BUSCAD EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA QUE LO DEMÁS SE OS DARÁ POR AÑADIDURA
«Sin lugar a dudas creo que Dios fue muy generoso conmigo» Carlos S.
Resulta difícil de resumirlo en pocas palabras. Un hombre multifacético, hacedor nato, de avanzada, que pudo expresarse a través de la ganadería, el paisajismo, la jardinería y la familia. Una persona inquieta, de espiritualidad viva que se irradiaba en todas sus obras.
Con gran sensibilidad ha transformado su entorno. Su afán siempre fue “traer el paraíso a la tierra”. Esto se puede apreciar en los campos que le toco “colonizar”. En Casamú actual conviven prácticamente todas las especies arbóreas que se pueden imaginar en estas latitudes, con más de 10.000 ejemplares plantados. Entre ellos se cría el rodeo puro de pedigree más grande de la Argentina, el cual iniciara hace más de 35 años con tan solo 4 vacas y 4 hectáreas. Ha logrado plasmar, de una manera única, lo que el definió como el Angus Productivo. Además de la forestación del campo erigió de manera autodidacta en el casco de 6 hectáreas un magnifico jardín con el cual pudo expresar su interioridad y su creatividad.
Siempre ha sido muy generoso y apasionado por la vida. Supo ver a Dios en la materia y ser respetuoso de ella.
Despedida
Por Carlos Fernández Pazos
Carlos Sackmann Muriel, el arte y la ciencia en la ganadería
El 26 de Julio amaneció con fuertes lluvias, que, persistentes y tenaces, empapaban las humanidades de los que nos empeñábamos en seguir el juzgamiento de Brangus, dándole una pincelada de tonos grises a todo lo promisorio que veíamos en la pista y que merecía ser presentado a pleno sol. Y fue allí, en Palermo, donde nos enteramos del fallecimiento de Carlos Sackmann Muriel, o simplemente “Carlitos”, a quien los que lo queríamos y admirábamos llamábamos de esa forma. Su fuerte espíritu había decidido dejar de lado su cuerpo, recordado físicamente por sus dimensiones menudas, su agilidad y flexibilidad y su resistencia a las condiciones más duras del trabajo rural, para pasar a otra dimensión, que, en las convicciones de Carlos y su Fe inquebrantable, era un soñado paraíso cerca de Dios. “Las casualidades no existen” solía decir, desdiciendo con su reiterada afirmación que fuera casual que fuese durante Palermo la llegada de la noticia, en esa pista ese día barrosa, la pista 2, la que vio consagrarse en 1989 a su Yeroviá como primer Gran Campeón Angus colorado de la historia con el juzgamiento de Don Ignacio Corti Maderna , para repetir al año siguiente y lograr el bicampeonato. Era esa la culminación de un desafío para Sackmann, que decidió seguir por entonces los caprichos del New Type para lograr el objetivo del cual más tarde se arrepintió. Siguieron los éxitos en exposiciones, la presencia en Paraguay y Brasil con sus productos, la trascendencia de su trabajo, pero que marcaba el fin de una etapa, ese desafío de las pistas palermitanas y de Azul había terminado, y volvió a las raíces de su trayectoria, la selección por aptitud funcional, la adaptación al medio siguiendo los principios del Profesor Ian Bonsma que él había conocido haciendo sus primeras armas con el Dr. Jorge Ostrowski.
No podemos dejar de lado al recordarlo su gran tarea acompañando técnicamente a los hermanos Abdón y Martín Lizaso Bilbao, que impusieron las virtudes del Angus colorado en un ambiente ganadero que resistía ese color de pelaje y que tuvo que rendirse a las evidencias de sorprendentes porcentajes de preñez y producción en alza.
Sus conceptos técnicos eran aplicados rigurosamente en los rodeos que manejaba, verlo seleccionar era aprender, no eran necesarias las palabras, en eso era visible su afición al arte, descubriendo la belleza en las formas de una hembra bien femenina o en la expresión hormonal de un macho, y, como muchos artistas , eran pocas sus palabras: “ Vos mirá” me dijo una vez ante mis ansiosas preguntas dirigidas a aprender de sus prioridades selectivas, y descubrí que fue el mejor consejo: mirar y ver, ver y asociar, asociar y seleccionar, seleccionar y decidir, errar y corregir. “De lo fácil a lo difícil, de lo sencillo a lo complicado” eran sus palabras para simplificar las decisiones.
Algunos lo veían soberbio, pero no los que lo tratábamos, cierta timidez y su convicción sin concesiones, sumadas a algunas expresiones a quienes requerían sus servicios llevaban a ese juicio. Una vez, ante un posible cliente que le enseñaba sus toros con orgullo con la frase: “Y estos son mis toros”, Carlos le contestó: “¿A sí? ¿Y cómo se dan cuenta?” Aunque parezca mentira resultó su cliente durante años.
Pero la vida de Carlos Sackmann no fueron sólo las vacas, su vida pasaba por el amor a su familia numerosa, formada junto a Ana Braceras , su mayor prioridad, que vio crecer a través de sus 6 hijos que hoy tienen la responsabilidad de continuar su obra , por sus queridos nietos, por su pasión por los parques y jardines, sus estanques de Ninpheas y Lotos, sus canteros cubiertos de innumerables variedades de rosas de todo el mundo, sin dudas una bella reproducción de los jardines de su admirado Monet, y los pájaros y peces que lo acercaron a la Naturaleza en la que descubrió a Dios a través de la creación.
En su despedida, con voz emocionada, Juan, su único hijo varón, dijo que su padre había construido su paraíso en la tierra, ese paraíso es Casamú con sus jardines. A este espíritu amante de la belleza se debe sumar su afición a la música; viajar con Carlos era escuchar horas y horas de Bach, Mozart, Wagner, Mahler….., y hasta escucharlo silbar tenuemente una melodía mientras hacía tacto con la sorprendente velocidad y precisión con que lo hacía.
En los comienzos de la Asociación Argentina de Brangus, Carlos fue invitado a opinar sobre la conveniencia o no de fijar patrones de color estrictos para el Brangus colorado, y expresó con generosidad todos sus conocimientos en aquella recordada reunión técnica en lo de García Llorente, oponiéndose a ser demasiado estricto en los colores, opinión que no cuajó hasta muchos años después, cuando la experiencia nos marcó el error cometido.
Fue colaborador tempranamente en nuestra Revista Brangus, y, en el número 3 y en alguna conferencia, nos dejó sus ideas sobre Selección por aptitud funcional, que fueron tenidas muy en cuenta en la confección de nuestro primer patrón racial y su reedición en el año 2000. Estos conceptos fueron los que llevaron a Carlos Dowdall a bautizarlo como “El rabdomante del sexo”, de lo cual se enteró de mi boca hace unos meses y le provocó muchísima risa.
Durante años no lo convenció el rumbo del Brangus, a pesar de haber logrado excelentes resultados con la incorporación de Angus colorado a los rodeos índicos de Alberto Sosa Gautier en su establecimiento Coe –Yú en el Chaco paraguayo. El confiaba en la adaptación del Angus a regiones subtropicales, pero el camino selectivo era tarea de muchos años y variadas desazones. Hace unos años, hacia 2007 creo, me llamó aparte en una reunión y me dijo que estaba admirado de lo logrado por el Brangus, que se había trabajado muy bien y que quería felicitar a los criadores por haber logrado el Brangus actual.
Se convenció tempranamente de medir, de asociar la balanza y más tarde las mediciones ecográficas para complementar el ojo selector; en su cabaña Angus hoy se aportan datos del Era y del Breed Plan, y siempre se tuvieron en cuenta los conceptos que en genética le aportaron nuestros conocidos Fernando Lagos y Fito Cantet, a los que respetó mucho y complementó desde su óptica veterinaria , “no sólo mirando sino tocando”, según sus propias palabras.
Carlos Sackmann deja esta vida cumpliendo muchos sueños, hasta su último suspiro, indicando cómo quería que fuese su despedida, y así fue: con un conjunto de cuerdas tocando sus amadas melodías, con su familia presente, con sus amigos, con sus colegas, en un ambiente de mucha paz y con la naturaleza bien cerca, la que le enseñó más que la Facultad.
Gracias Carlos por lo que nos diste a muchos, no sólo tus conocimientos en la profesión, no sólo las oportunidades, sino los consejos para la vida. Y fundamentalmente, gracias por hacernos comprender que, como tus peces tan estudiados en tu infancia, muchas veces hace falta ir en contra de la corriente para crear, permanecer y trascender.
Que Dios te reciba en sus Jardines, y hasta capaz que lo convencés de armar unos corrales.
Cuando un amigo se va
Por Juan Adolfo Lafontaine
Sí, genera un vacío imposible de llenar en nuestro mundo terrenal, pero todo ser deja un legado y Carlos deja uno muy amplio, muy rico.
Dotado de una mente brillante, puso su tremenda capacidad de trabajo al servicio de la creación siendo un intérprete cabal de la parábola de los talentos: multiplicó seres vivientes, peces (desde pequeño se tuteaba con sus genes combinando formas y colores), aves de corral, pájaros y plantas. Su sensibilidad y creatividad llegaron al máximo tanto en el mundo de las flores y forestaciones que hoy disfrutamos en CASAMU en Atucha, sin olvidar Cardales. Siempre todo hecho con sus manos. Especialmente en épocas de crisis cuando su programa anual en CASAMU requería miles de plantas estas eran colectadas de banquinas y malezales, en momentos que el presupuesto manejado por Ana indicaba economía de guerra.
A toda hora, trabajando, viajando, cocinando, charlando junto al hogar, gozando de la música y el canto en su máxima expresión, enriqueciendo el espíritu y facilitando la inspiración. “De todo mucho” era su lema.
Su capacidad de observación e interpretación de la naturaleza enriquecían sus conocimientos veterinarios, vocación por la producción animal, la adopción de conocimientos de implantación y manejo de forrajeras, producción de granos o conservación de henos y silajes. Con Carlos presentabas una idea o programa y en poco tiempo, todo era ejecutado, corregido y aumentado!
Mi amigo Carlos Beláustegui, casado con Matilde la más pequeña de los once hermanos Sackmann Muriel, nos presentó en Tres Cardos de Lanusse donde yo era asesor del CREA Laprida y Carlos ingresaba como asesor en genética y reproducción. Nuestra conexión fue inmediata y se transformó en amistad fructífera. Compartimos varios proyectos selectivos, en Hereford el plantel de La María Antonieta, La Gloria, La Gama, con Joe Santamarina y por supuesto en Angus Colorado proyectos con otros grandes amigos, como César Reguera y Eduardo Ramos. Su lista de clientes y los nombres de los principales criadores de Angus colorado, es amplísima.
Junto a sus queridos discípulos López y Deffis, asesoraban 160.000 vientres en “el cono sur” bajo el lema: “para una mayor y mejor producción”.
Como a un “río de montaña” que nada lo detiene Carlos estaba inmerso en el gran río de la Creación donde la sabiduría lleva a integrarse en armonía nadando en el torrente y dejando de lado las piedras que se interponen, sin chocar ni detenerse, dejándolas atrás y creciendo en experiencia.
Carlos tomó y reinterpretó las ideas del Dr. Bonsma, unidas a la ciencia de uno de sus maestros, el Dr. Ostrowsky y condujo el plantel de la familia Lizaso, en una de las realizaciones de gran volumen y trascendencia para la ganadería nacional.
Uniendo sanidad y selección por aptitud funcional cada proyecto pasaba a diferenciarse según la habilidad empresaria del cliente, en nutrición, manejo y comercialización.
En “Las Marías”, Virasoro, con Daniel Casanova y la familia Sosa en Paraguay, concretó dos trascendentes trabajos en Brangus colorado.
Visitando Europa con un grupo de criadores Pardo Suizo, raza que usó en cruzamiento con Angus en San Luis, Sierra de la Ventana, con Leo Staudt y otros emprendimientos, trajo animales puros para criar en Cardales.
Paralelamente digamos que la obra de jardinería que realizó en “El terreno” de San Isidro, despertó el interés de un comprador y se transformaron en sus primeras 35 has. en Cardales, donde los Pardo produjeron campeones y campeonas en Palermo.
A fines de los sesenta la idea de que el exceso de grasa era caro de producir en términos de energía, que el músculo cuesta la mitad de forraje y que la carne magra es más sana para el consumidor había pasado de los claustros universitarios al campo y los setenta y ochenta fueron años de expansión del “New Type”, en ese contexto Carlos se desafió a unir funcionalidad y precocidad sexual al crecimiento, ancho y musculatura, tanto en proyectos de selección como de cruzamientos.
Siempre la correcta toma de datos zootécnicos hacían objetiva la toma de decisiones. El INTA presentaba el programa de evaluación de reproductores, PRONER, pero es a partir del desarrollo internacional del modelo animal, donde se logra diferenciar dentro de esta información lo genético de lo ambiental y poder predecir las diferencias esperables en la progenie.
En 1980 CASAMU funda su Angus colorado de pedigrí a partir de cuatro vacas que le regalan Martín y Abdón Lizasso, dos de Lahusen, y vientres y embriones que trae Carlos desde Estados Unidos.
Don Mario Bustillo, uno de los pioneros en trasplantes embrionarios ofrecía servicios en La Primavera en Cañuelas, Carlos detecta a “Gran Independiente” como promisorio para usar sobre una gran madre muy funcional “la Gift 49” Y a los quince días de nacer de una vaquillona Holando, Yeroviá (“aquel en que yo confío”, en guaraní) y sus hermanos son trasladados a jaulas de crianza, junto con otros contemporáneos de trasplante, a Cardales, uno de ellos de otra familia, fue bautizado Iporavé(“el mejor”).
En su primer presentación Yeroviá obtiene un segundo premio como ternero, con un primero que no competía para campeón, quedó “tapado”, cosas de las juras.
A los 10 meses de edad ya daba semen congelable, demostrando su precocidad sexual.
Al año siguiente la estrategia fue llevar a Iporavé a Paraguay porque en ese contexto selectivo, era superado por Yeroviá, resultando Gran Campeón en la Expo en 1989.
Mientras tanto como dos años menor y el criterio de Ignacio Corti Maderna, Yeroviá ganó ampliamente la categoría y si alguna duda quedaba, al decir de Ignacio, bastó su ingreso al Gran campeonato con las luces del atardecer palermitano, para que se robara la pista y se consagraba como primer Gran Campeón Angus colorado.
Tiempo más tarde, al ver la naturalidad con que Carlos asumía lo sucedido, Ignacio le hizo notar que a Las Lilas le llevó treinta años su primer Gran campeón Angus, mientras que CASAMU lo hacía en su cuarta presentación en Palermo.
Faltaba lo mejor, la decisión de “defender el título”, Carlos quería mostrar la soltura y funcionalidad que puede tener un Sénior, corrió mucha adrenalina, había un importante rival, pero nuevamente fue impactante en su categoría y Juan Escurra le concedió el bicampeonato 1989-1990.
El impacto económico fue muy fuerte, la buena administración de Ana y las ventas de CASAMU, más la impactante actividad profesional del equipo Sackmann, llevaron a poblar 200 has. en Cardales, con forestación y jardines para admirar y atraer la atención de un inversor que detectó la obra desde el aire.
Días antes, Eduardo Ramos, eligiendo toros en Cardales, le preguntó a Carlos si sabía lo que cotizaba el m2 que estaban pisando y la posibilidad cierta de mudarse de una zona de desarrollo urbano a una donde la tierra se cotiza por ha.
Decidida la venta, una puja entre inversores por aquella obra de arte, posibilitaron la compra del actual campo en Atucha quintuplicando la superficie y mejorando la calidad con importantes areas agricolas y bañados aptos para cría. Nuevamente la creatividad paisajista y Jardinera fueron claves para semejante operación inmobiliaria.
La búsqueda de equilibrio
A fines de los ochenta, la evaluación del New Type mostraba claramente sus desventajas para los sistemas pastoriles argentinos, con ventajas para el sistema norteamericano con terminación de novillos de alto peso en feedlot, alto peso al nacer y gestaciones largas provocaban pérdidas de terneros y vaquillonas al parto, además el biotipo demasiado magro dificultaba la terminación de novillos a campo y animales con 27 a treinta meses y más de 500 kg se terminaban con grasa mínima.
La fama de magros de los colorados se extendió en el mercado interno y la mediciones que Fernando Lagos hacía en las pruebas de producción Angus y en varios planteles, confirmaban que habiendo llegado a un objetivo, había importantes limitantes para los sistemas pastoriles. En Angus negro sucedía en parte de la población, pero había mucha variabilidad y posibilidades de direccionamiento.
En los ambientes de cría, cada vez más acotados por la competencia agrícola, la menor precocidad y la falta de grasa de cobertura de fácil acumulación a fin de la temporada de crianza, que luego serán eficientemente reguladas en invierno, juegan en contra de condición corporal y preñeces concentradas a principio de servicio a no ser que se baje carga o aumenten los costos de alimentación.
Al decir de Carlos, en el direccionamiento selectivo podés hacer dos correcciones importantes en la trayectoria de un plantel durante tu vida profesional, debido al tiempo que demanda cada una.
Entonces recurrió a la reserva genética de Angus escocés del Hinojo de Brú y reorientó el plantel hacia un área de equilibrio para rescatar facilidad de parto, mantener crecimiento y buscar carne con suficiente grasa y terneza, apoyado en la completa información que procesa Breedplan, de Australia y llevando paralelamente los registros ERA, INTA-Angus.
Afortunadamente las herramientas genéticas modernas aportaron precisión y en los noventa se pudo direccionar en busca de equilibrios claves entre caracteres de máxima importancia económica, perfeccionándose en los últimos años con la evaluación de imágenes ecográficas y la estimación de composición de carcazas.
Si usamos a Yerovía y Jewlian como referentes de dos etapas en la evolución de CASAMU, elijo a Lihuén como símbolo del equilibrio buscado, nunca definitivo, siempre dinámico en búsqueda de nuevas respuestas a los interrogantes productivos.
La relación con otro gran amigo y excelente profesional formador de un sólido equipo, Carlos Munar, se expresó en la multiplicación embrionaria de excelentes hembras que no sólo ampliaron el plantel de CASAMU, sino que fundaron en otros planteles dentro y fuera del país.
Los años, el trabajo intenso, la busqueda de la excelencia, el gran equipo humano, llevaron a la empresa familiar a un lugar de alto impacto. CASAMU creció hasta conformar el plantel Angus de pedigrí más grande del país, es referente en Sud América y exporta al mundo.
Hablando de legado, Carlos y Ana fundaron una familia donde el amor, respeto, libertad y buen humor, son algunos de los pilares que es un privilegio compartir.
Como amigos logramos comunicarnos en diálogo humano y espiritual, entendiendo que Dios como fuente de amor y energía creativa se expresa en las maravillas universales y el hombre, y su espíritu son llamados a desarrollar sus dones y suelen alcanzar altos niveles de excelencia o refinadas notas, que a su vez inspiran y se ponen al servicio de recrear el cielo en la tierra.
Gracias Carlos.